Como maestro de AL, se sitúa en un colegio público de una vía. Además de sus alummnos de EP, debe prevenir y detectar necesidades alteraciones del lenguaje en EI.
Desarrolle un programa de Prevención para 3º EI con 18 alumnos, entre los cuales existen uno con desconocimiento del idioma, dos con retraso del habla y uno con TEA.
Tenemos en nuestra aula de Educación Infantil varios casos, que se han detallado en el enunciado del presente documento. Especificamos las definiciones de dichos trastornos en los párrafos venideros.
Se han utilizado para realizar este supuesto las siguientes leyes, de aplicación en la Comunidad Autónoma de Aragón:
Para la creación del presente programa de prevención de dificultades del lenguaje trabajaremos con diferentes ámbitos de intervención, según las áreas involucradas en el proceso del habla. Será, asimismo, crucial, evaluar las necesidades concretas que necesita nuestro alumnado, tanto ACNEE como normotípico en aras de brindar la mejor respuesta para todo el conjunto de estudiantes con el que contamos.
Se defiende para este ámbito la utilización de praxias bucofonatorias, entendidas como los ejercicios que realizamos con el objetivo de que el alumnado tome conciencia de los órganos implicados en la fonación y el lenguaje.
Hay voces que desaconsejan el uso de estos métodos, pues los consideran inútiles para el desarrollo de las capacidades que nos ocupan. Sin embargo, pueden servir para tomar conciencia de la boca y la articulación de fonemas, por lo que los utilizaremos.
Por otro lado, combinamos dichas praxias con ejercicios que ayuden a nuestro alumnado a conocer cuáles son los puntos de articulación de los diferentes fonemas de la lengua. Además, trabajamos con nuestro alumnado la respiración y las diferentes formas de coger aire, para que pueda gestionar este aspecto de forma óptima
Mediante la discriminación auditiva conseguimos que nuestro alumnado reconozca los fonemas en los que se podrían dar problemas, para discriminarlos y articularlos correctamente, evitando las desavenencias futuras de habla.
Realizamos esta tarea mediante ejercicios de composición de palabras a partir de sílabas y de conciencia fonológica, así como de discriminación fonémica y silábica.
Al no ser requerida en Educación Infantil una competencia lectora, es complicado evaluar este aspecto con las herramientas habituales (velocidad lectora, por ejemplo). Sin embargo, podemos hacerlo sin necesidad de código escrito mediante denominación rápida de imágenes y computando la fluidez de las sílabas aisladas de esas palabras.
Por otra parte, podemos medir la fluidez verbal y cuestiones como la prosodia (que componen el nivel pragmático) mediante la conversación improvisada, si conseguimos que todo el alumnado trabaje de forma óptima. Habrá que cuidar los temas y la voluntad de nuestro alumnado, permitiendo que nuestro alumno TEA se exprese con pictogramas si procede.
Desarrollaremos en este primer ámbito de actuación una serie de ejercicios que permitirán conocer el punto de articulación de los fonemas de la lengua. Podemos realizar esto mediante el uso de onomatopeyas, lo cual ayudará también al alumno con desconocimiento del idioma a aumentar su léxico. Podemos utilizar el siguiente vídeo para que nuestro alumnado repita las onomatopeyas después.
Por otro lado, las praxias pueden ayudar a mejorar la conciencia de los órganos articulatorios, pero por lo listado arriba, quedarán relegadas a un segundo plano. Trabajaremos, en su lugar, ejercicios de respiración diafragmática con un espejo y permitiendo que el alumnado se palpe su diafragma, para tomar conciencia del proceso respiratorio y su importancia en la dicción. En concreto, serán los siguientes:
Para trabajar la conciencia fonológica, podemos utilizar los ejercicios
de sustitución y modificación de sílabas. Por ejemplo: Si sustituyo
ga de gallo por ta, ¿qué queda?
O, Si quito la primera sílaba a nacimiento, ¿qué queda?
Convendrá, asimismo trabajar los sinfones (e.g. /cl/ y /tr/,
entre otros), aunque se entiende que puede haber un cierto retraso en su
adquisición dada la presencia del retraso del habla en dos estudiantes. Lo
haremos de la siguiente manera:
Propondremos también ejercicios de discriminación auditiva de sinfones, dando pares para que vean si son iguales o diferentes, y el punto en el que difieren.
Ante las dificultades de los estudiantes, no debemos evaluar esto al uso (debemos tener en cuenta la etapa educativa del grupo). Sin embargo, podemos utilizar las onomatopeyas trabajadas en los ámbitos anteriores para medir su capacidad de contestar con rapidez y de forma fluida. Nos aseguramos así que todo el grupo conoce el léxico involucrado.
Podemos, asimismo, pedir que se inicien en una conversación o situación social de referencia ensayada, a partir de la cual podremos ver, por observación, su fluidez verbal. Asimismo, podemos evaluar también la conversación espontánea o improvisada (pidiéndoles que hablen del fin de semana, por ejemplo). Parece sensato ser cautos con los objetivos que marcamos al alumnado dadas las dificultades presentes en la interacción social y la comunicación, pero se considera que el alumno con TEA podrá realizar esto mediante pictogramas o incluso oralmente, por los ensayos y lo cotidiano de la situación.